Una tarde gris, unas nubes circundantes, una suave brisa trae la lluvia de primavera.
La boca seca, los ojos enrrojecidos y las manos sudadas. Una soledad absoluta.
Una guitarra olvidada, un suspiro prófugo, una estufa encendida. Un billete, un vaso, un lápiz.
Y una hoja... pista de baile para mi alma.
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